¿Eres un adicto y no lo sabes?
Cuando hablamos de adicciones generalmente pensamos en narcóticos, sustancias químicas que provocan un efecto estimulante o depresor del sistema nervioso, que pueden generar una sensación momentánea de placer con serios efectos adversos a largo plazo, sin embargo, el mundo de las adicciones es mucho más amplio.
Las adicciones psicológicas incluyen el juego patológico, la adicción a la comida, la adicción al sexo y prácticas sexuales, la adicción al trabajo, la adicción al celular (Nomofobia), entre otras.
Cuando se pierde el control de una actividad determinada y se continúa con ella a pesar de las consecuencias adversas, generando una dependencia cada vez mayor, y se precipita un sentimiento que puede ir desde un deseo moderado hasta una obsesión intensa, si no puede practicarse dicha actividad, estamos frente a una adicción. De esta manera podemos decir que:
Cualquier conducta normal placentera es susceptible de convertirse en una conducta adictiva
Ahora ¿cómo sé si tengo una adicción psicológica?
Si no puedes pasar un día lejos de tu celular, si no puedes controlar tu deseo compulsivo de comer, si no puedes controlar los pensamientos sexuales en tu mente y estos te llevan a la pornografía o a codiciar a una persona en tu corazón (Mateo 5:28), eres un adicto; y el único que puede liberarte de esta adicción es el Espíritu Santo.
Te puede interesar:
La palabra de Dios habla de las obras de la carne y los frutos del Espíritu:
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley
Gálatas 5:16-23 RVR 1960
En Gálatas 5:24 RVR 1960 se indica:
Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos
Gálatas 5:24 RVR 1960
Estos deseos de los cuales nos habla Gálatas son la fuente de las adicciones, el placer asociado a estos deseos ligados a la naturaleza caída, por ende, solo los frutos del Espíritu pueden reemplazar las obras infructuosas de la carne y hacernos libres de las adicciones, reemplazando la ansiedad por paz, la ausencia de control por dominio propio, los impulsos por paciencia y la depresión por gozo.
Gálatas 6:8 RVR 1960 dice:
Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna
Gálatas 6:8 RVR