Cada vez que mi profesor de español entraba por la puerta, la temperatura del salón subía diez grados. No es de extrañarse que sea el profesor injustamente repudiado. Todos los estudiantes saben la razón y se niegan a aceptarla: es el profesor más exigente de todo el colegio y uno de los pocos que llama a los estudiantes a hacer cosas difíciles.

Los autores Alex y Brett Harris son dos hermanos cristianos que durante el verano de 2005, cuando apenas tenían 16 años, crearon el movimiento contracultural que ellos llamaron “the Rebelution”. Su idea comenzó a difundirse entre los adolescentes de no solo EEUU, sino también alrededor del mundo, cuando crearon su blog en ese mismo año, y dos años después cuando lanzaron su libro “Haz cosas difíciles”. Este libro es un manifiesto escrito por adolescentes para adolescentes y su propósito es mostrar las grandes cosas que Dios puede hacer y está haciendo a través de personas ordinarias que no se conforman a la limitada y vaga mentalidad que esta sociedad tiene de los años juveniles. Porque según los autores, los adolescentes han sido creados para tener grandes ideales e ir en busca de ellos.

Los autores creen que la sociedad ha caído muy bajo al ver los años de adolescencia como años caracterizados por la irresponsabilidad. De este modo, los autores afirman y prueban que las expectativas que se tienen hacia los adolescentes, moldean su carácter y sus vidas (pág. 47). Los Harris contrastan lo que se esperaba de los adolescentes hace unas décadas con lo que se espera hoy, y la diferencia es abismal en deterioro de nuestra sociedad moderna. Así, el libro se divide en tres partes:

En primer lugar, comenta el nacimiento del movimiento “Rebelution” explora y desmiente el mito de la adolescencia. En segundo lugar, muestra cinco cosas difíciles y significativas que los adolescentes pueden comenzar a hacer para la gloria de Dios, cosas que aseguran salir del molde aceptado por la sociedad y expandir los horizontes de aquellos que las hagan. Por último, ilustra con historias la mentalidad “rebelucionaria” puesta en acción con adolescentes impactando la sociedad. Aunque en sí todo el libro está marcado por historias que demuestran que es posible, una de dos, estar doblegado por expectativas innobles o hacer cosas difíciles tales como: salir de nuestra zona de comodidad, seguir la excelencia, trabajar en equipo para lograr metas muy grandes, valorar las pequeñas tareas del día a día e ir en contra de la corriente de este mundo (pág. 63).

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Conozco de primera mano cómo pueden lucir las bajas expectativas y cómo pueden influir en la vida de un joven. Creo que gran parte de mi vida ha sido marcada por bajas expectativas, y cuando pienso en esto, agradezco a esos cuantos que me han exigido para potenciar mis capacidades. Entre esas personas están el “profesor repudiado” quien de alguna manera sabía la beneficiosa influencia que podría tener en la vida de sus estudiantes, a pesar de que siempre estuvieron marcados por una educación poco exigente.

El impacto de este libro es de gran alcance, y se comprueba por los testimonios de muchos adolescentes cristianos que estuvieron atentos a lo que expone este libro. Es un libro inspirador y demandante que abrirá los ojos a muchas personas, para no conformarse solo con lo que se cree necesario y suficiente o con lo que no requiere esfuerzo y trabajo duro.

Aunque las historias que se nos presentan son solo un destello de lo que los adolescentes pueden llegar a ser, “Haz cosas difíciles” promete marcar una diferencia en las vidas de sus lectores.

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