
Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.
1 Corintios 10:11 RVR 1960
Desde hace algún tiempo se escucha el término de “memoria histórica”, por parte de diferentes organizaciones, haciendo énfasis en la necesidad de recuperarla y preservarla, lo que nos lleva a cuestionarnos sobre la importancia y finalidad de este concepto y qué es aquello que perdimos u olvidamos.
Esta noción estrechamente relacionada con la historia, comprende un esfuerzo consciente de los grupos humanos por encontrar su pasado, comprenderlo, transmitirlo y valorarlo; ello implica que de forma colectiva se tenga conocimiento, consciencia y recuerdo de determinados e importantes acontecimientos, que pese a que no se han vivido directamente, fueron transmitidos a las nuevas generaciones por diversos medios.
La anterior introducción tiene como propósito, resaltar la importancia que éste concepto historiográfico tiene en la vida del individuo y de éste viviendo en sociedad.
Te puede interesar:
Consideremos a Israel, en cuya historia bíblica podemos evidenciar este concepto, pues de pocos pueblos se tiene tanto detalle de su formación, de las personas con quienes se originaron (Génesis 15:5), el fundamento de sus costumbres, fiestas conmemorativas (Levítico), etc.; más interesante aún, cómo evolucionó una familia (Génesis 46: 26-27) hasta convertirse en un numeroso pueblo, incluso mientras se encontraba en cautividad (Éxodo 12:37), hasta convertirse en la nación que conocemos el día de hoy.
Pese lo anterior, en algunas oportunidades Israel olvidó esos acontecimientos históricos, por lo cual Dios debió hacer uso del concepto que venimos hablando, para recordarles su origen (Isaías 43:1), el lugar del cual fueron rescatados y como habían avanzado (1 Cor 10: 1-12). Dios siempre se ha revelado a través de la historia, Él es protagonista principal, es nuestro pasado, presente y futuro, no se cansa de recordarnos en cada suceso histórico, cuánto ha estado dispuesto a hacer por su creación, por ello espera que analicemos el pasado, para mantenernos enfocados en el presente.
Así, la memoria histórica se mantiene y transmite por diversos medios cuya base es la repetición de los acontecimientos, ya sea que se transmitan por tradición oral, escrita, gráfica o cualquiera otro, por los actos conmemorativos, las celebraciones y todo lo que conlleve a la apropiación de la información; por tanto, nos corresponde escudriñar frecuentemente la palabra de Dios, fuente principal de la historia cristiana, para arribar al conocimiento necesario que podamos transmitir a todos los que nos rodean.
Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes
Deuteronomio 11:18-19 RVR 1960